Una mente positiva, un pensamiento acertado, limpio, nos ayuda a poder vivir y existir en conexión con la Existencia y dejar atrás todas esas nubes, esas tormentas, que a veces parecen asentarse continuamente en nuestra mente. Cambiar nuestra forma de pensar puede ayudarnos a cambiar nuestra vida, pues todo comienza con un pensamiento.
Hay un proverbio árabe que nos dice:
Vigila tus pensamientos, porque se convierten en palabras.
Vigila tus palabras, porque se convierten en acciones.
Vigila tus acciones, porque se convierten en costumbres.
Vigila tus costumbres, porque se convierten en tu personalidad.
Vigila tu personalidad, porque se convierte en tu destino.
Y dice la Biblia:
En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. (Juan 1:1).
Pues es a través de la palabra que creamos e interpretamos la realidad. Pensamos en palabras, en conceptos que “nombramos” mentalmente, para luego exponerlos en la realidad. Es el verbo la simiente, la potencia, que va a conformar todo lo que existe.
Y tú eres el creador de tu vida y de tu realidad, y son los pensamientos, que luego se manifiestan en palabras, los que van a ir conformando el universo que conoces: tu realidad. Así pues, cuando el pensamiento fluye amoroso y pacífico, así fluirá nuestra propia vida.
Nos dice la Biblia: somos la imagen y semejanza de Dios. Y eso significa que podemos crear al igual que él creó. En nosotros también se encuentra el Verbo, la palabra, y esto lejos de ser alguna superchería o creencia religiosa, nos enseña que, en realidad, todo comienza con un pensamiento. Así pues, la realidad en que vives, con lo bueno y con lo malo, ha comenzado siendo el pensamiento que cruza tu mente. Pero ¿qué pasa cuando esos pensamientos son críticos, desasosegados, negativos?
Que transformas tu realidad en aquello que piensas.
El pensamiento retorcido
Fíjate en la historia de Manthara. Manthara era una pobre mujer de mente retorcida que veía peligro incluso en los seres más amables de la existencia. Tenía ante sus ojos un telón negro que no le permitía ver lo que de verdad sucedía y medía a los demás según su propio interior: oscuro y retorcido… tanto que incluso cambió la vida de todo un reino.
Nosotros también podemos convertirnos en Mantharas, en personas que buscan -y a veces parecen anhelar- lo retorcido del mundo, el daño premeditado, las palabras hirientes… Y estas personas van buscando en cada rincón, en cada palabra, en cada acción un resquicio negativo, algo que les dé la razón y que les haga ver que en el mundo reina la maldad… Y la verdad es que lo consiguen en muchísimas ocasiones… pues, como decía al principio, nosotros somos dioses creadores y la creación comienza con la palabra, con el pensamiento.
Cuando tu mente busca la maldad, encontrarás maldad a tu alrededor. Cuando comienzas a purificar tu mente, a liberarla de la pesada y terrible carga de los torbellinos de la mente, empieza a amanecer en tu vida. Comienzas a encontrar lo bello y lo hermoso y a compadecerte de lo feo y retorcido… Aunque a veces sea muy difícil, solo es practicar.
Aléjate de las personas que “sueltan la basura de tu mente”. Porque igual tú no eres Manthara, pero sí eres una Kaikeyi, que se deja influir por las palabras de esa sirviente que pregona el bien para ti, pero que en realidad te está hundiendo y haciéndote daño. Y si no puedes alejarte de ellas, no permitas que sus palabras te perturben.
Lo que no te gusta en los demás es lo que no aceptas de ti
Algún día hablaremos largo y tendido de nuestra sombra, y de cómo esta se refleja en los demás… pero ahora no es el momento de ello. Ahora solo haré alguna mención sobre ese término jungiano que nos dice que lo que ves de malo en los demás, en realidad es lo que hay de malo en ti.
Igual piensas que la gente te critica y que te envidia por todo. Hay personas que viven pensando que el mundo está en su contra y que son objeto de críticas y de burlas… pero es curioso que cuando hablas con estas personas descubres que constantemente sacan los defectos negativos de todo el mundo y de todas las situaciones, y les cuesta muchísimo encontrar cualidades honorables en los demás… Y esto significa que, al final, son ellas mismas las que deben hacer autocrítica. Son ellas mismas las que con esas actitudes se hacen daño, porque piensan que los demás son iguales a si mismas.
Ya lo dice nuestro sabio refranero: Se cree el ladrón que todos son de su condición.
Así pues, la próxima vez que te encuentres pensando que el mundo está en tu contra, o que las personas son de una manera o de otra, plantéate si acaso no estás reflejando un aspecto que no te gusta de ti, o que no reconoces en ti, en los demás. Convierte eso que te frustra y a lo que temes en un maestro de tu propia realidad… Y aprende a crecer.
Cuando tu mente es positiva, la energía crece y la dicha viene
Una mente de energías bajas te aletarga, te hace sentir siempre en un estado de descontento absoluto. Nada de lo que ocurre en nuestra vida marcha bien. Todo el mundo tiene algo que esconder, y quiere hacerte daño, siempre tienes mala suerte, ningún proyecto da frutos, nadie te quiere, etc… Pero date cuenta que en la mayor parte del tiempo eres tú quien constantemente envía mensajes negativos a todo el mundo y a ti mismo.
Para intentar crecer debes cambiar el chip de tus pensamientos, debes comenzar a crecer y para ello, es necesario que modifiques tu mente.
¿Cómo eliminar los pensamientos negativos o retorcidos a través del Yoga?
La fórmula para ello es muy sencilla y ya Patanjali, en sus Yoga Sutras, nos da la clave:
2.33.Para cerrar el paso a pensamiento que dañe al Yoga deben levantarse pensamientos contrarios.
Y continúa hablándonos de esas cosas que dañan el yoga:
2.34. Las obstrucciones al Yoga son: matar, falsedad, etcétera, ya sean cometidas, causadas o aprobadas; ya sean por medio de la avaricia, o ira, o ignorancia, ya sean de carácter leve, medio o grave; sus resultados es infinita miseria e ignorancia. Esto es (el método de) pensar lo contrario.
Es decir, tan sencillo como pensar justo en lo contrario.
Cuando en tu vida aparezcan esos pensamientos, busca su contrario. Cuando te descubras haciendo una crítica a alguien, busca su parte positiva. Cuando una situación te parezca horrible, encuentra lo positivo en ella. Cuando un pensamiento oscuro alcance tu mente, déjalo marchar y sustitúyelo por aquel pensamiento que trae la paz en ti.
Como ves, al final, solo es “cambiar el chip”.
¿Estás dispuesto a ser dueño de tu destino?