Meditar en la vida cotidiana es la mayor de las bendiciones. No necesitas dejarlo todo para sentarte en algún lugar tranquilo y sin ser molestada. No necesitas rituales, olores especiales, sonidos cautivadores. Solo has de continuar, de seguir con tu vida tal y como la dejaste, o tal y como es. Trabajar, caminar, andar, reír, comprar, pasear, conectarse… Se convierten en oportunidades para estar aquí y ahora, para desarrollar tu atención plena. Lo único que has de hacer es estar consciente. Sé consciente de tu respiración, del cambio entre una respiración y otra, de ese breve instante de interiorización. Entra en ti a través de la vida tal y como es, sin cambiar nada. Entra en tu interior observando ese pequeño instante en que algo muere y algo nace. Ese milagro que a cada instante se produce en ti.

6. Durante tu actividad mundana, mantén la atención entre dos respiraciones y, con esta práctica, vuelve a nacer en unos pocos días.

Vijña Bhairav Tantra

Entonces, encontrarás una puerta, en ese instante de cambio, encuentra la puerta que te adentra a los confines de tu propio ser, de tu Verdadera Realidad.

Om Shanti.

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