Este año, el 20 de marzo a las 10h 27m, da comienzo la primavera. Una hermosa representación de la explosión de color, alegría, canto y felicidad que nos aguarda. ¡Demos la bienvenida a la primavera con nuestra práctica de Yoga!.
La aparente yerma tierra del invierno abandona su oscuro color para dar luz a los brotes del as semillas que en los meses pasados han ido desarrollándose y, por fin, germinando. El árido gris de la tierra comienza a transformarse en el vital verde de la simiente y al igual que la pequeña semilla surge, en nosotros, la energía acumulada del invierno comienza a florecer.
Del indoeuropeo nos llega la palabra Primavera, el primer verdor, haciendo referencia al comienzo del florecimiento de la vida en la naturaleza.
El 21 de marzo tiene lugar el Equinoccio de Primavera -o también llamado “Equinoccio Vernal” o “Punto Vernal”. Al igual que en el otoño, el día durará lo mismo que la noche, marcando el antes y el después de las horas de sol: los días a partir de entonces vana ir alargándose progresivamente para culminar con el Solsticio de Verano.
En todas las culturas, la primavera ha simbolizado el nacimiento hecho patente, o el renacimiento,la vuelta al a vida tras el frío letargo, la vuelta de la actividad, de la acción, de la alegría y de la sonrisa. La vitalidad comienza a resurgir. Deméter recibe en sus brazos a su amantísima Perséfone y las Gracias lo celebran danzando entre los bosques: dar, recibir y devolver son el símbolo de su danza; Flora llena de color cada rincón de la naturaleza y Helios vuelve a conquistar los cielos con su carro.
La primavera es el momento en el que la energía interior comienza a iluminar hacia fuera: es el momento de florecer la simiente. Es la mañana del día, el comienzo, la salida del sol. Representa a Oriente y a San Gabriel.
La primavera en la Naturaleza
Las primeras manifestaciones de la entrada de esta estación las observamos en la naturaleza. Conectar con ella nos ayuda a conectar con nuestros propios ciclos. Al igual que en el equinoccio de otoño vivíamos un momento en que la naturaleza se replegaba, hasta llegar el solsticio de invierno; en la primavera la energía comenzará a transmutarse hasta que dé paso al solsticio de verano.
La Primavera y el Firmamento
En Primavera, cuando alzas tu mirada al firmamento, podrás ver, mientras atardece a Venus, a Júpiter y hasta finales de abril a Marte, Saturno será visible al amanecer al principio de la primavera, para luego pasar a verse durante toda la noche, terminando la estación siendo visible solo al anochecer.
Durante esta estación, la lluvia de estrellas más importante que tiene lugar es la de Eta Acuáridas, que suele alcanzar su máximo alrededor del 5 de mayo.
Referente a las constelaciones, alrededor de la Estrella Polar, podrás ver a la Osa Menor, al Dragón, a Cefeo y al León.
Pero también tiene lugar la “Luna del huevo” o “Luna rosada”: La primera luna de la primavera, que dará paso a la celebración de la Pascua de Resurrección, fiesta en la que se celebra la vuelta o el renacimiento del Dios o Avatar correspondiente a la tierra: ritualización de lo infinito, lo que siempre vuelve, el ciclo que no cesa, la regeneración de la naturaleza y la vuelta o el renacimiento del benefactor de los hombres.
La primavera en la Atmósfera
En la Tierra, la Primavera trae consigo, al igual que el otoño, la inestabilidad atmosférica: lluvia, vientos, oscilación térmica… pero dichos fenómenos van a eclosionar la energía del interior, al contrario del otoño, que movía la energía hacia dentro, ahora va a florecer, permitiendo la resurrección de la vida en la naturaleza. La fertilidad sucede en todo y en todos: en el Macrocosmos y en el Microcosmos. Los vivos colores han vuelto para darnos la bienvenida.
La primavera en la Naturaleza
Y esta eclosión también tiene lugar en el entorno. Los árboles comienzan a dar a luz a sus primeros retoños verdosos, las semillas eclosionan y horadan la tierra para ver los primeros rayos de sol. La oscura tierra da paso al verdor de los campos, prados, bosques, jardines y macetas. Pronto el fresco verde dará paso a miles de colores de las flores y los frutos. La actividad comienza a retomarse. Las aves que emigraron comienzan a volver, los animalitos salen de sus madrigueras comienzan los rituales de cortejo: la vida, la creación y la procreación tienen lugar en estas fechas.
LA PRIMAVERA EN EL SER HUMANO
En nosotros, la energía que en invierno hemos ido acumulando, ahora en primavera comienza a emerger hacia el exterior. La simiente que en la fría estación sembrábamos, comienza a dar a luz su flor para luego avanzar con sus frutos. Al principio, igual que en la naturaleza, sencillos elementos esenciales comienzan a aparecer para su germinación: los ácidos grasos, las sales minerales, los azúcares, que poco a poco irán volviéndose más complejos. De igual modo, la germinación de nuestro propósito comienza a forjarse con pequeños hechos, para así tomar forma.
En primavera, al igual que en el Macrocosmos, nos volvemos más fértiles, nuestra exigencia energética va disminuyendo al aumentar la temperatura del exterior. Los procesos químicos comprometen al hígado, lugar alquímico de nuestro organismo encargado de la transformación y síntesis de todos los principios nutritivos; sin embargo, nuestra circulación se verá mejorada y nuestro organismo comenzará a renovarse.
Es época de la consabida Astenia Primaveral, que tanto a afecta a las personas, y que debemos aprender a aceptar y a controlar. Las alergias a elementos como la humedad y el polen resurgen: el buen tiempo invita a bañarse en aguas que pueden ser no salubres, dando lugar a afecciones como hongos y bacterias en la piel. Tampoco olvidar la faringitis, la rinitis alérgica o el asma y la bronquitis.
También podemos sufrir débil energía digestiva, exceso de salivación, pereza, pesadez, laxitud, frío, tos, sueño excesivo… A través del Yoga y de las diferentes técnicas procuramos equilibrar dicho Dosha. La lluvia puede traer, además, apaciguamiento de Pitta.
Preparándonos para la Primavera
Es momento de sentirse bien contactando con la naturaleza, tomando el aire libre y aumentando la actividad física. Tener presente las oscilaciones térmicas para actuar en consecuencia. Es hora, además, de eliminar los alimentos elaborados y precocinados y superfluos como golosinas, conservas, etc. para comenzar la desintoxicación del invierno, pero sin realizar estrictas dietas que podrían afectar al hígado.
La primavera, además, siendo el momento en que se derrite Kapha, este sufre un empeoramiento, conllevando problemas digestivos:Kapha se licua y esto produce dichos problemas, por lo que debemos aumentar el ejercicio y tomar alimentos fáciles de digerir.
LA PRIMAVERA EN NUESTRA PRÁCTICA DE YOGA
Las sesiones en Primavera
En primavera las sesiones poco a poco irán evolucionando. El calor que se crea ene invierno pasa a dispersarse por todo el organismo. El dinamismo, la vida, hacen acto de presencia y se introducen en la clase. Kapha excesivo nos indica que debemos potenciar a los otros doshas: calor y movimiento. Las clases, por tanto, van a ser como el otoño pero orientadas al verano, por lo que la actividad poco a poco irá apaciguándose.
Debemos, además, tener en cuenta las enfermedades típicas de la estación: astenia primaveral, alergias, y los problemas de piel y digestivos: por lo que la orientación de la clase irá encaminada también a apaciguar dichos procesos y a crear una zona de confort mental, predispuesta para los cambios que sobrevienen en nosotros.
Tras haber superado el invierno, la primavera comenzará con el ascenso de las temperaturas y los últimos días nos encontraremos con el tórrido calor del verano, por lo que la actividad habrá de ir descendiendo paulatinamente. Además, la inestabilidad atmosférica, implicará que, al igual que el otoño, las sesiones estén preparadas para sufrir ciertas modificaciones. Vivimos en ella la presencia de Kapha empeorado, pero también a Vata debido a la inestabilidad.
Por lo, cuando, comience la primavera, las clases irán orientadas a desarrollar el calor corporal, del mismo modo que en el invierno, haciendo mayor uso del dinamismo de las asanas, que poco a poco irán deteniéndose, o ralentizándose a medid que los días de calor se van acercando, de tal modo que acercándoos al verano serán preponderantes las sesiones restaurativas.
Comenzaremos la sesión , como en invierno, con un calentamiento y con las asanas dinámicas,progresivamente ya habremos aumentado el número de vueltas de Saludos al sol. Esta vez las asanas cumbres podrán ir alternándose entre aperturas de pecho y torsiones, que relajan Kapha, con las flexiones que permitirán apaciguar Vata El tiempo será nuestra guía en este sentido: además puede que vuelvan a surgir enfermedades como el otoño: artritis por la humedad, las vías altas, asma, bronquitis, mucosidades en general, pero también en los órganos digestivos, como el hígado, que se verán afectados y que destinaremos las asanas a su mejora.
El estado de ánimo puede oscilar en estas fechas, dando lugar a la consabida astenia primaveral, por lo que también tendremos presente ese momento de incertidumbre mental ocasionado por el ritmo de la estación. Es decir, en cada sesión procuraremos atender a:
- Asma bronquitis, laringitis rinitis.
- Artritis.
- Alergias, catarros, sinusitis.
- Mucosidades.
- Astenia primavera.
Para ello fomentaremos:
- Movilidad articular.
- Extensión para abrir el tórax y permitir una mejor respiración.
- Torsiones para masajear los órganos abdominales.
- Aperturas de caderas para estimular los órganos pélvicos que en esta fecha se encuentran muy activos.
- Flexiones para la inestabilidad mental.
Tomado como Dosha principal a Kapha, al igual que en el invierno, prestaremos atención a las posturas rápidas y saltos, torsiones, extensiones e inversiones.
De nuevo retomaremos la respiración equilibrante, evolucionando a través de ella, y además veremos algunas otras como kapalabathi, que nos ayudará a magnificar la energía.
En la relajación, los elementos de la primavera van a preponderar, al igual que las otras estaciones.
Tres son los principios que ahora nos centraremos: Alegría, Amor, Compasión.
Alegría que lo envuelve todo, porque sin la alegría no se concibe la vida.
Amor, porque es el principio activo que todo lo mueve.
Compasión, porque compartir, empatizar nos hace engrandecer el alma.
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