Para mí el contacto con el yoga es una pequeña disciplina que siempre agradece el cuerpo y la mente. Aunque mi interés va más por el lado físico, las asanas, repercuten en la mayor serenidad de mi mente y también en la forma de verme en el mundo. Quiero decir que no se puede evitar: buscas una cosa pero vas enriqueciendo el camino.
¿Por qué voy a Yoga con Miriam?
Sus sesiones son un punto en el día para mí. Me organizan el día. Y me dan energías para seguir, a cualquier hora.
Me gustan los relatos que acompañan muchas veces a la introducción de la clase, o la introducción a secas si no hay más tiempo para ello.
La forma de organizar la clase: todo encaja, no hay altibajos en el camino. Desde el asana principal, ya todo es un fluir hasta un estado de tranquilidad profunda. Y ya no se nota el cuerpo, es una sensación de flotar,que cada cosa está en su sitio.
Todo tiene una aplicación en la vida diaria: si en algún momento hay tensión en una parte del cuerpo, recuerdo tal o cual postura y me sirve de ejercicio…. mejor que un relajante muscular, por ahora. Queda acercarme al aspecto más profundo, el de los chakras, que dejo para este verano, a ver…
Y luego, a nivel personal, es admirable, de entrada, el curriculum; lo que indica un aprendizaje constante… es un acicate para mi indolencia.
Gracias, Miriam. Eres una persona-faro.