En este artículo comenzamos ya con la historia del Sundara Kanda, el libro de la Belleza, en la que se narra las hazañas de Hanuman al llegar a Lanka y descubrir el paradero de Sita. En el pasaje de esta semana, hemos hablado del Yoga como la vía, el medio, para alcanzar ese territorio donde habita el Ego y poder vencerlo. No son pocos los obstáculos que Hanuman irá encontrando, pero que nos enseñarán a comprender que nuestro camino espiritual ha de ser tomado a veces como la superación de grandes retos para obtener el éxito. El primero que se encuentra es el Gran Salto del océano de la Ignorancia.
La historia
Cuando Sampati informó a los monos de en qué dirección se encontraba Lanka, donde permanecía Sita secuestrada, enseguida comenzaron a debatir sobre quién podía cruzar el océano e ir hasta allí. Todos estuvieron de acuerdo en que Hanuman, el más poderoso de todos los monos, sería aquel que diera el gran salto con éxito. Así pues, el vanara enseguida se preparó.
Hanuman se detuvo en la cumbre y observó el vasto y profundo mar, el hogar de Varuna. Lleno de serpientes acuáticas, rugía con fuerza y parecía infinito. Y, mientras se preparaba para partir, el mono miró hacia el este y sonrió a los dioses. Luego decidió realizar su salto en nombre de Rama y extendió todo el cuerpo, como el océano cuando se extiende durante la quincena dela luna creciente.
(…) Seguido por un tren de flores de muchos colores, Hanuman parecía una nube adornada de luces.
Sin embargo, en su recorrido por el vasto océano, encontró varios obstáculos que los dioses proporcionaron para ver si realmente estaba preparado.
Mainaka, la montaña oculta
El océano llamó al del ombligo de oro, Mainaka, la montaña oculta, y le dijo:
– Indra te colocó aquí como obstáculo para las hordas asuras que habitan el inframundo.
Soy la montaña dorada -dijo el hombre. –¡Descansa sobre mí! ¡He crecido para ayudarte! El océano me contó de ti que te vas a Lanka en nombre de Rama y que, sin duda, allí encontrarás a Sita.
El dios del Océano, al ver la gran proeza del vanara, decidió interceder para ayudarlo con su gran salto y así alejar a los asuras que pudieran entorpecer su misión. Llamó a Mainaka, la montaña oculta, que serviría de descanso a Hanuman. Sin embargo, Hanuman, al ver emerger la gran montaña, tomó un impulso aún mayor y continuó su camino, sembrando la admiración de Mainaka.
Surasa, la gran serpiente
Los dioses, gandharvas, siddhas y rishis llamaron a Surasa, la madre de las serpientes y le dijeron:
-(…)toma la figura de un fiero y descomunal rakshasa (…) Queremos saber si Hanuman posee la fuerza necesaria y la valentía
Hanuman juntó las palmas de las manos con respeto y respondió:
-Estoy cumpliendo la misión de Rama, debo encontrar a su esposa Sita.
Miró dentro de la boca de Surasa, que era como un feroz infierno, y de repente contrajo el cuerpo al tamaño de un dedo y voló dentro y fuera de su boca en un instante.
-Entré en tu boca y cumplí con tu orden.
Al continuar con su gran salto, Hanuman se encuentra con la terrible Surasa, de grandes fauces, dispuesta a comérselo. Al ser inmensamente grande, y no encontrar Hanuman escapatoria, decide atender a sus peticiones, en la que Surasa le invita a mirar dentro de su boca. Así pues, Hanuman se hizo diminuto y pudo entrar y salir en un instante, cumpliendo con la orden, y zafándose de la trampa de la rakshasi.
Simhika, la devoradora de sombras
Simhija, al ver el cuerpo del mono agrandarse, ensanchó tanto la boca que parecía el cielo y los mundos de las tinieblas. Hanuman echó un vistazo dentro de la deforme boca, tomó nota de sus proporicones y de sus puntos vulnerables. (….) Como la luna envuelta por Rahu durante el eclipse. En un abrir y cerrar de ojos, el mono hizo pedazos las entrañas de la rakshasi con sus afiliadas uñas y salió otra vez. Simhika cayó muerta y los moradores del cielo se regocijaron.
Contrajo su gigantesco cuerpo y volvió a su dimensión natural, como alguien que ha estado inconsciente y recupera el conocimiento.
La terrible Simhika tenía el poder de adoptar cualquier forma, así pues, tomó la forma de la mente de Hanuman, para atraer a su sombra. Hanuman descubre que el demonio es capaz de atraer los malos pensamientos, y decide convertir su mente para tener buenos pensamientos.
La llegada Lanka
Y, por fin, tras el gran salto, Hanuman consigue llegar a Lanka en medio de una hermosa e iluminada noche.
Simbolismo y significado
No es casualidad que sea el poderoso Hanuman el elegido para dar el gran salto hacia Lanka. Hanuman representa el gran gurú, que conserva en sí todos los poderes que le llevarán a obtener el éxito en su empresa. Solo aquel que ha conseguido ser puro de cuerpo, mente y corazón y que se mantiene apegado al dharma, el buen camino, y venera a Rama, puede conseguir atravesar el gran océano de la ignorancia.
Así, el hermoso Hanuman, es el vanara indicado para esta hazaña.
En este aspecto, Hanuman representa el Yoga –como conjunto de técnicas– que van a permitir alcanzar el lugar donde se encuentra secuestrada la Luz Interior, representada en la figura de Sita. Cuando comenzamos la práctica de Yoga desde esa perspectiva trascendental, varios son los obstáculos que podemos encontrarnos, y que aquí se manifiestan a través de los personajes que encontrará Hanuman en su gran salto.
La tentación
Cuando el océano pide a Mainaka que aparezca para ayudar a Hanuman en su empresa, y este se manifiesta ante el mono ofreciéndole un lugar paradisíaco en el que asentarse, Hanuman declina enseguida su oferta, porque sabe que ha de continuar hacia adelante si quiere tener éxito. Mainaka se manifiesta como una montaña dorada en el ombligo del océano, lo que nos lleva a recordarla como Manipura Chakra. Es ahí donde a veces la Kundalini se asienta cuando es despertada, siendo trabajo del aspirante continuar con su ascensión. Del mismo modo, Hanuman continúa con su camino, a pesar de las tentaciones, pues tiene claro que su objetivo no es otro que el de encontrar a Sita.
La humildad
En el gran salto, el siguiente obstáculo que aparece es la gran Surasa, terrible demonio con forma de serpiente y grandes fauces, que lucha para competir contra Hanuman y poder devorarlo. Ambos comienzan a aumentar de tamaño, hasta que Hanuman decide hacerse diminuto y poder entrar y salir sin que sea devorado, tendiendo así una ingeniosa trampa a la serpiente. De este modo, cuando comenzamos a indagar en nuestro sendero del Yoga, en muchas ocasiones nos conviene ser austeros y humildes, no intentar acaparar grandes cualidades, para vencer a los grandes obstáculos.
Los pensamientos positivos
Y el tercer obstáculo que encuentra Hanuman es Simhika, que puede leer el pensamiento y perseguir nuestra sombra. En la historia, Simhika intenta detener a Hanuman atrapando a su sombra. Es en la sombra donde se ocultan aquellas cualidades que poseemos pero de las que no somos conscientes. Los malos pensamientos, las malas acciones que pueden llevarnos al desastre. Así pues, Hanuman cultiva una mente positiva y llena de amor y comienza a hacerse inmensamente grande, destruyendo así a Simhika.
Y es así como por fin, el hermoso vanara, llega a Lanka, el teritorio donde Ravana, el Ego, mantiene oculta a Sita, nuestra Luz Interior.
Fuente:
RODRÍGUEZ VÁZQUEZ, Míriam. El viaje del héroe. La Ramayana a través del Yoga.