Los textos que a continuación escribo aquí, son aquellos que en nuestras clases nos han servido para inspirarnos. Hablamos de extractos de capítulos y de acontecimientos del Ramayana, que nos van a servir de guía y comprensión.
El nacimiento de Rama y de sus hermanos
Dasaratha era el rey de la próspera ciudad de Ayodhya, donde vivía Rama junto a sus madres y hermanos. Allí sus habitantes vivían felices, eran bondadosos y aceptaban plenamente su destino en la vida. No existían conflictos y apenas se daban problemas que no se pudieran solucionar. La ciudad era un lugar brillante y hermoso donde todos cumplían estrictamente las normas del Dharma.
Ayodhya estaba gobernada por el gran rey Dasaratha, que era versado en los Vedas. Tenía visión de futuro y era ilustre y querido por su pueblo. Dedicado al dharma, Dasaratha era disciplinado, igualando al mejor de los videntes y era conocido en los tres mundos como un soberano sabio. El poderoso Dasaratha triunfaba sobre sus enemigos, pero era leal a sus amigos. Había consumado el control sobre los sentidos. Su fortuna y prosperidad rivalizaban con las de Indra y Kubera.
No existía la avaricia, pues cada uno estaba satisfecho con lo que tenía y siempre decía la verdad
La gente vivía feliz con sus vacas, mujeres, caballos, familias y con las riquezas que tuvieran.
Un día, Dasaratha, que tenía tres esposas (Kausakya, Kaikeyi y Sumitra), decidió que, tras muchos años de reinado, era el momento de tener hijos. Consultó con su Corte que le encomiaron traer al sabio Rsyasrnga, para que realizara el ritual y que este pudiera tener éxito. ,
Dasaratha, tigre entre los hombres debes ir a Anga y traer por tu cuenta a Rsyasrnga. Traelo en tu imponente carruaje con todos los honres que merece. (…) Después de pedir el permiso de Vasistha, partió con sus ministros hacia Anga.
Allí habló con Rsyasrnga y lo invitó a participar del ritual, por lo que el gran sabio lo acompañó.
“Llevaré a cabo los rituales y recitaré los mantras que prescribe el Atharva Veda para propiciar el nacimiento de un hijo. Alcanzarás tu objetivo gracias a mi recitación de estos mantras. “
Al iniciar el ritual, todos los seres celestiales se reunieron y se prepararon para recibir su porción del ritual
Los dioses, los rishis, los gandharvas y los siddhas se reunieron para recibir su designada porción del sacrificio, según era la costumbre. Tomaron lugares de acuerdo con la jerarquía y le hablaron a Brahma, el creador de los mundos.
Y hablaron con Brahman, ya que existía un demonio, Râvana, contra el cual no podían luchar y que no dejaba de atosigar a los humanos. Râvana había realizado grandes prácticas devocionales y ascéticas, por lo que Brahmâ le permitió elegir todo aquello que desease. Râvana, entonces, le pidió una serie de armas con las que ningún dios ni ninguna criatura celestial pudiera dañarlo; sin embargo, en su orgullo, desdeñó al hombre, pensando ninguno sería capaz de matarlo, pues eran inferiores a él.
Todos sus deseos le fueron concedidos, y desde ese momento comenzó a atormentar a los humanos sin que los dioses pudieran hacer nada por impedirlo. Por ello, habían acudido a Brahmâ, que los tranquilizó y les explicó que Râvana encontraría su fin a manos de un humano.
Esta horrible criatura, intoxicada con el poder que las concedido, doblega a los divinos rishis, a los yaksas, a los gandharvas, a los dioses y a los brahmanes. El sol no brilla y el viento no sopla en su presencia, e incluso el poderoso océano, con sus olas de guirnaldas, se vuelve calmo. Vivimos en constante temor por ese rakshasa cuyo rostro es terrorífico. ‘debes pensar en la manera de matarlo.
Braham responde: – Hay una manera de matar a esa criatura disoluta. Las palabras de Ravana fueron: “¡quiero ser invulnerable ante los dioses, los gandharvas, los yaksas y los danavas!” y yo respondí que así sería. Despreciaba a los humanos en general, así que no pidió protección contra ellos. Por lo tanto, solo un humano puede matarle.
Entonces, aprovechando el ritual que se encontraba realizando Dasaratha, invocaron a Vishnu para que se reencarnara en la Tierra y venciera al temible demonio.
Vishnu, divídete en cuatro partes y ve a la tierra como si fueras sus descendientes.
¡Debes nacer cpomo el hijo de una mujer mortal y matarlo en comabte! Oh, tú que abrasas a tus enemigos, Ravana practicó severas austeridades durante años y gratificó a Brahma, el creador de los mundos y el más reverenciado. Brahma quedó tan complacido que otorgó a Ravana un don mediante el cual se hizo invulnerable a todos los seres exceptos a los humanos.
Pero no solo era suficiente con que Vishnu se encarnara en los hijos de Dasaratha, también los otros dioses debían concebir hijos especiales que ayudaran a vencer a Ravana: naciendo así los Vanaras, como Hanuman.
Cuando Vishnu se convirtió en la descendencia de Dasaratha, el de gran espíritu, Brahma se dirigió a los otros dioses.(…) Debéis crear seres poderosos que puedan cambiar de forma a voluntad, con el propósito de ayudarle. Deberán conocer las artes de la magia, ser intrépidos, tan veloces como el viento, ingeniosos, sabios, e igualar a Vishnu en valor (…) Engendrad hijos en las apsarases y las gandharvis, en las hijas de los yaksas y los panngas, los rksas y los vidyadharas, en las kinnaris y las vanaris. ¡Dejad que tengan la forma de los monos y dejad que sean iguales a vosotros en valor! Hace tiempo creé de la misma manera a Jambavan, el mejor de los rksas. ¡Emergió de mi boca mientras bostezaba.
Los dioses cumplieron las instrucciones de Brahma y crearon hijos con forma de simios. También los rishis, de gran espíritu, los siddhas y los uragas se aseguraron de que las criaturas que vivían en el bosque dieran a luz a imponentes hijos. Indra creó a Vali, el rey de los monos, igual al rey de los dioses. Surya creó al gran mono Tara, que era incomparable en sabiduría. El hijo de Kubera era el excelente mono Gandhamadana, y Visvakarma creó a Nala. Agni creó el egregio Nila, que brillaba como el fuego y era el más logrado y audaz de los monos. Los dos asvins, resplandecientes en hermosura y riqueza, crearon a Mainda y Dvivida. Varuna creó a Sushena y Parjanya al poderoso Sharabha. El hijo de Vayu fue el excelente simio Hanuman, cuyo cuerpo era duro como el diamante y que igualaba en velocidad a Garuda. Era el más poderoso y el más inteligente de todos los monos.
Estos heroicos guerreros, que podían cambiar de forma a voluntad fueron creado spor millares con el objetivo de matar a Ravana, y nadie los igualaba en fuerza, osadía y valor. Fuertes como elefantes y tan poderosos como las montañas los rksas,, gopucchas y vanaras se parecían a sus divinos padres en comportamiento y coraje.
Los jefes de los monos vivían con los hermanos Vali y Sugriva, los hijos de Indra y Surya.
Cuando Dasaratha se encontraba realizando el sacrifico, del fuego purificador emanó una criatura celestial que le entregó al rey una mezcla de leche y arroz (payasa), que debía repartir entre sus mujeres. Y, al poco tiempo después, estas tuvieron a los cuatro hermanos, encarnaciones de Vishnu.
Kausalya dio a luz al afortunado Rama, que estaba dotado de todas las señales prometedoras. La gloria de Kausalya también aumentaba gracias a la gloria de su hijo. Kaikeyi dio luz a Bharata, el cual era una cuarta parte de Vishu. Él era la esencia del valor y estaba dotado de todas las virtudes. Sumitra dio a luz a Laksmana y Satrugna, quienes eran heroicos y diestros en el manejo de toda clase de armas. Ellos representaban las partes restantes de Vishnu. Los cuatro príncipes nacieron uno tras otros y eran virtuosos apuestos y fulgurantes.
De todos ellos, Râma era el más querido. Todos lo admiraban profundamente y encontraban en él la bondad, el amor, la cordura, la justicia, la devoción… Él se dedicaba a estudiar los textos sagrados, a practicar con su arco y con su flecha y, sobre todo, a procurar el bien para todas las criaturas del mundo.
El significado del nacimiento de Rama
La presentación de esta serie de acontecimientos nos dan idea del virtuosismo del que Rama va a disponer, así como de todos sus aliados y amigos. Ravana ha conseguido gracias a su ascetismo y su disciplina alcanzar todos los poderes necesarios para que ningún dios lo venza. Al igual que nuestro ego, cuando está enquistado, no permite que ninguna de las cualidades divinas penetren en él.
Los dioses se lamentan de que Ravana atormenta a los humanos, pero que no pueden hacer nada al respecto. La única manera en que se puede vencer el ego, manifestado en Ravana, es que la virtud se manifieste en cada uno de nosotros, de manera que podamos identificar al Ego y poder utilizar las armas que los dioses nos han concedido para acabar con él. Es por ello que Vishnu ha de reencarnarse en Rama y en sus hermanos, pues de esa forma el hombre puede cumplir con su destino y poseer las cualidades necesarias para realizar tal hazaña.
Es también significativo el reparto que Dasaratha hace del payasa, concediéndole distintas proporciones a cada esposa, recibiendo Kausalya, la madre de Rama, una cantidad mayor, Kaikeyi una cantidad menor que esta y Sumitra una pequeña parte de cada una de ellas. Todos los hijos estarán bendecidos por la esencia de Vishnu, sin embargo, aquél cuya tarea encomendada será la más peligrosa e impotante, necesitará de una mayor presencia divina, sin embargo, los otros, también cuenta con dicha divinidad, cumpliendo cada uno de ellos el Dharma sin error y con disciplina. Será el único modo de poder acabar con el Rakshasa Ravana.
Simbolismo de los personajes principales
Dasaratha
Es el rey de Ayodhya y el padre de Rama y sus hermanos. Se le representa conduciendo que puede moverse en cualquiera de las diez direcciones, al igual que los órganos de los sentidos. Estos son los cinco órganos de conocimiento (jñamendriyas) , y los cinco órganos de acción (Karmendriyas). Los primeros son los sentidos que conocemos: vista, oído, tacto, gusto y olfato. Los siguientes son las facultades del sistema nervioso motor: expresión oral, aprehensión, deambulación, excreción y procreación. Así pues, una vez que se han controlado esos sentidos, es posible seguir evolucionando por la vía espiritual.
Las tres reinas
Kausalya va a simbolizar la figura del sabio (rishi), el conocimiento y la Armonía.
Kaikeyi simboliza la figura de la divinidad (Devata), el proceso de conocimiento y la pasión.
Sumitra simboliza la sabiduría ya escrita (Chanddha), lo conocido y la inercia.
Los cuatro hermanos
Rama simboliza al Ser Cósmico, el Absoluto o Paramatman, también representa al Ser Externo que busca al Ser Interno (Sita). En relación con sus hermanos y con los Vedas, Rama sería la representación del Rig Veda.
Bharata simboliza la parte del Ser que ha de continuar con su vida material y mundana, gobernando y dirigiendo el reino de Ayodhya mientras Rama no está. En relación con los Vedas, representará el Sama Veda.
Lakshmana es la vía mediante la cual el Ser Cósmico puede alcanzar la luz del Ser Individual. Se le asocia con la Kundalini, y también con el Yajur Veda.
Shatrugnha es el que ayuda a Bharata a cumplir con su gobierno y su destino, representando el Atharva Veda.
Ravana
Como veremos más adelante, Ravana simboliza el Ego que nos oculta nuestra verdadera realidad.
Varanas
Los varanas son seres semidivinos, sin embargo, no son hombres, sino monos. Todos ellos van a representar los pensamientos y las acciones que van a ayudar al Ser Cósmico a encontrar a Sita.
Dioses y seres celestiales
En la India, los dioses en realidad representan las cualidades, virtudes y abstracciones absolutas. Son alegorías del amor, la fuerza, la compasión, la espiritualidad… entendidas todas ellas como esa fuente de la que cada persona puede beber, obtener e identificarse.
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