Al levantar Rama el gran arco, por fin a Mithila había llegado el Elegido que desposaría a la hermosa princesa Sita. Henchido de felicidad, el rey Janaka enseguida mandó unos emisarios para avisar a Dasaratha del gran acontecimiento.

“Que partan antes que nosotros Vasistha, Vamadeva, Jabali, Kasyapa, Makandeya, Katyayana y todo slos bramanes (…) El ejército de cuatro divisiones acompaó al Rey. (…) El regocijo de Janaka no conocía límites mientras se aproximaba al viejo rey Dasaratha”.

Al llegar con su Corte para la celebración, el padre de Rama recibe el ofrecimiento del resto de las hijas de Janaka para que el resto de hermanos también se unieran a sus esposas: Urmila, que se casará con Lakshmana; Mandavi, con Bharata y Shrutkirti con Shatrugnha.

“Rama y Sita, Laksmana y Urmila, coinciden en virtud y belleza. Kusadhvaja, tu hermano menor, es un rey justo y tiene dos hijas cuya belleza no encuentra rival en la tierra. Dejemos que se casen con el príncipe Bharata y el sabio Satrughna, los oros dos hijos del rey Dasaratha, que parecen los guardianes de los mundos y que igualan a los dioses en valor”.

 

Celebrándose así la esperada boda

  “Rama y sus hermanos, adornados con joyas, llegaron en el momento adecuado, tomaron a sus esposas de la mano y rodearon juntos el fuego sagrado. Dieron la vuelta alrededor de los reyes y los sabios, mientras estos llevaban a cabo los rituales prescritos para el matrimonio. Del cielo llovieron brillantes flores y el aire se llenó con el sonido de los tambores celestiales, la música y el canto. La boda fue especialmente maravillosa porque todos los gandharvas cantaron y todas las apsaras bailaron, mientras los príncipes caminaban alrededor del fuego con sus esposas, bajo la mirada de los sabios y de sus cariñosas familias”.

 

Y todos juntos partirán a vivir al reino de Ayodhya, no sin antes enfrentarse al último obstáculo: la aparición de Parasurama, que desafía a Rama a una prueba con el arco para demostrar que realmente es merecedor de todos los epítetos con que se le conoce.

Entonces surgió de la terrible oscuridad Parasurâma, imponente bajo su aspecto vengativo

Este le explica que quiere enfrentarse a él para demostrar que realmente es tan poderoso como aparenta.

Rama, he oído mucho sobre tu valentía fuera de lo común! También escuché que rompiste el arco enjoyado, una hazaña impensable y asombrosa. Te he traído otro fabuloso arco cuya contemplación produce asombro y pertenece a mi padre, Jamadagni. Ya he probado tu poder, ¡ahora me batiré contigo cuerpo a cuerpo para comprobar tu valor”.

Rama, lleno de confianza y sin ninguna duda, acepta el desafío, tranquilizando a su padre, Dasaratha, que imploraba misericordia.

“Incluso Parasurama se quedó allí plantado en su sitio, desprovisto de toda fuerza gracias a la valentía de Rama, y observando cómo este manipulaba la imponente arma. “

La contienda tiene un final bastante positivo para Rama y el propio Parasurama ruega por su vida

“ Rama, no destruyas mi capacidad de moverme a la velocidad del pensamiento, déjame volver al monte Mahendra, la mejor de todas las montañas. Sin más dilación, utiliza la flecha mágica para destruir los mundos que he ganado por medio de mi ascetismo.

Hasta que Rama libera al ser de la oscuridad que lo cierne

“Rama disparó la flecha e inmediatamente se levantaron las nieblas que lo rodeaban.”

 

Tras la victoria, llegan a su ciudad y allí comenzará a tener lugar hermosos años de amor, riqueza, felicidad y amistades.

Ahora que ya estaban casados, los cuatro príncipes vivieron felices entre riqueza y joyas, posesiones y amigos. Trataban a su padre con respeto y honraban sus deseos. De todas las personas del mundo,, Rama era el más ilustre y el más valeroso,, así como Brahma es el más virtuoso de todos los seres. Rama pasó muchas temporadas felices junto a su esposa Sita. Ella estaba siempre en sus pensamientos y él en su corazón. La quería mucho porque el padre de ella se la había entregado como esposa, pero ese amor se hizo más profundo gracias a su belleza y a sus muchas virtudes. Sita amaba a Rama el doble de lo que él la quería a ella. Era capaz de decirle todo lo que pensaba y lo que sentía su corazón. Además, esta mujer, que igualaba a los dioses en sus poderes de percepción y a Lakshmi en belleza, era capaz de leer los pensamientos más íntimos de Rama. El matrimonio entre sita y Rama,, que unía al hijo de un sabio real con la princesa más noble, era como el enlace entre Visnu, el señor de todos los hombres, con la ilustre Lakshmi.

Significado y simbología

Estos capítulos ilustran el encuentro entre Sita y Rama, símbolos de los diferentes aspectos de la polaridad en la que oscila el universo: la Luz que se encuentra con el Ser,  el encuentro entre la Conciencia y la Sabiduría, entre el Ser Externo y el Ser Interno, entre el Paramâtman y el Jivâtman, entre la Materia y la Energía, entre la Mente y el Corazón. En definitiva, entre las dos grandes fuerzas o polaridades que impera en el Universo y en la Existencia y que ambas, complementarias, forman un Todo indisoluble e infinito.  Pero, además, no solo Rama se desposa junto a Sita: cada uno de sus hermanos recibe a una de las hermanas de Sita. Todos ellos son avatares. Los hermanos, como ya sabemos, lo son del dios Vishnu; y, por su parte, Sita es la encarnación de Lakshmi, así como sus hermanas, reuniéndose así todos los aspectos de ambos dioses.

La última de las pruebas a las que ha de enfrentarse Rama, es la aparición de uno de sus Alter Ego, Parasurâma (“Rama con un hacha”) que, además, también es un avatar de Vishnu, por lo que se asienta la idea de que es un encuentro con un aspecto de su ser. Este hecho tiene lugar para demostrar que realmente Rama es quien debe ocupar el puesto que conserva, como esposo de Sita y como futuro verdugo del perverso Râvana.

En nuestro camino espiritual, a veces somos nosotros mismos los que debemos de competir y demostrarnos a nosotros mismos nuestra vía y nuestro valor, que el sendero que tomamos es el correcto. Este pasaje simboliza una de esas una de esas pruebas para con nosotros.

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