Si estás leyendo esto puede ser por dos motivos: o porque es la primera vez que escuchas hablar del Yoga Terapéutico, o porque no sabes exactamente qué significa eso de «Yoga Terapéutico» y vienes a resolver tus dudas. Así que voy a intentar ser lo más clara posible, aunque a veces con esto del Yoga y los miles de millones de quintillones de estilos y variedades que existen, igual hasta se queda obsoleto, ¡pero lo intentamos!
Los diferentes tipos de Yoga
Hoy en día la palabra “Yoga” ya no define una sola idea o concepto. Hace unos años, cuando no había tanta difusión de esta disciplina, parecía que nos conformábamos simplemente diciendo “Practico Yoga” y aunque la mayoría de las personas no entendían mucho de qué iba eso del Yoga, otras sí que se hacían una idea ligera (aunque a veces equivocada) o bien, si eran practicantes, enseguida empatizaban con su propia práctica. Pero cuando empezabas a ahondar, te dabas cuenta de que cada uno en sus sesiones practicaba técnicas distintas, a veces a simple vista, contradictorias.
A medida que el tiempo ha pasado, que vivimos en la sociedad del constante cambio y de la globalización de los medios, y con los medios, de los conceptos, las ideas y las cosas, se ha hecho imprescindible no solo decir que practicas Yoga, sino saber qué tipo de Yoga practicas.
De repente, encuentras que existen mil y unas modalidades, corrientes, sendas, y que si antes practicabas Yoga y ya está, ahora no, ahora tienes que saber qué senda del Yoga, ¿Hatha Yoga? ¿Raja Yoga? ¿Karma Yoga? ¿Bhakti Yoga?… Y dentro de tu senda, ¿qué tipo de Yoga? ¿Hatha Yoga Clásico?, ¿Vinyasa Yoga?, ¿Yoga Dinámico?, ¿Iyengar Yoga?, ¿Kundalini Yoga Clásico?, ¿Kundalini Contemporáneo?…
Pero, además, las clasificaciones siguen continuando, y entonces tenemos que ver cuál es el objetivo del Yoga respecto al propio practicante. Recordemos que cada persona normalmente accede al Yoga esperando o buscando algún objetivo: quizás porque haya tenido problemas de columna y quiera mejorar, porque necesite un tiempo de relajación, porque su médico se lo ha recomendado, porque le interesa el crecimiento espiritual, porque no tiene nada mejor que hacer a esa hora… En fin, son muy numerosos los motivos que pueden llevarnos a practicar el Yoga…
Pero aquí, ahora, vamos a centrarnos en la definición del Yoga enfocado a la Salud de cada practicante. Como habéis visto en nuestra página web, ofrecemos información y clases sobre distintos tipos de Yoga. Ya abrí un hilo hace unos días explicando algunas diferencias de Sendas del Yoga, y de tipos de Yoga, según el enfoque de la técnica con la que se trabajaba. Decíamos que, siguiendo la senda de Patanjali, las técnicas que se empleaban en el Hatha Yoga respondían a las “prácticas externas”, en las que las técnicas están enfocadas desde un punto de vista corporal (es decir, mediante nuestro cuerpo alcanzamos el equilibrio físico, mental y emocional) y luego teníamos las “prácticas internas”, que eran las que se empleaban en el Raja Yoga, donde el cuerpo pasaba a encontrarse en un estado pasivo, y a través de técnicas de conciencia y mentales, alcanzábamos el equilibrio físico, mental y emocional y comenzábamos nuestra senda para el desarrollo espiritual.
Pues bien, hoy toca hacer una nueva catalogación para entender qué tipo de Yoga es el que nos conviene practicar a nosotros, desde un enfoque en el que tendrá como principal enfoque nuestro estado de salud. Para ello, vamos a hacer una división del Yoga en tres grandes apartados:
- “Yoga Común”
- “Yoga Terapéutico”
- “Yoga Adaptado”
¿Qué significa cada uno de ellos?
Vamos a llamar «Yoga común» al que todos conocemos. Es el yoga que suele ser más habitual en las clases y, aunque de manera general se tienen en cuenta las diferentes capacidades de las personas que lo practican, realmente no está orientado a la mejora de alguna dolencia física, más allá de la «puesta en marcha.
El Yoga Terapéutico sí tiene una clara orientación a la mejora de la salud psicofísica. En este caso se toma como base alguna parte del cuerpo o sistema para mejorar su salud, sanar alguna dolencia… O bien se parte de una enfermedad en concreto y se adapta la secuencia de yoga a dicha enfermedad, para o bien prevenirla, o bien mejorarla.
Algunos ejemplos de un yoga con un enfoque terapéutico son el Yoga para la Rectificación Lumbar o el Yoga para la diabetes. No obstante en este enlace puedes encontrar todos los artículos de la web orientados al yoga para mejorar nuestra salud.
El yoga adaptado está enfocado a personas que necesitan realizar grandes adaptaciones en su práctica. Es decir, personas que presentan algún tipo de discapacidad física, sensorial o cognitiva. En estos casos, no es suficiente con el uso de elementos que puedan modificar la práctica (como props de yoga), sino que se modifica de tal manera que la mayoría de técnicas se ven alteradas.
En este caso, además, las sesiones no tienen por qué ir especialmente enfocadas en la mejora de la salud. Se trabaja con la persona en su circunstancia y los temas y enfoques a tratar pueden ser tan diversos como el «Yoga Común», teniendo en cuenta las adaptaciones.
Por ejemplo, un yoga en silla para personas con movilidad reducida entraría dentro del yoga adaptado. En esta práctica, podríamos trabajar con un enfoque terapéutico (realizar técnicas que nos ayuden con nuestro sistema digestivo) pero también podríamos trabajar con un enfoque inspirador (práctica de Yoga para abrir el corazón…).
¿Qué tipo de Yoga puedo practicar yo?
Pues, en realidad, tu práctica va a depender mucho del instructor o la instructora con quien te pongas en contacto. En algunos casos, será posible que dentro de tu situación puedas acudir a una clase de Yoga Común pero entendiendo que seguramente algunas de las técnicas que se realicen no sean accesibles para ti.
En el caso de que no padezcas ninguna dolencia grave o específica, de igual modo, podrías acudir a una sesión de Yoga Terapéutico, que siempre te puede venir muy bien. En el caso del Yoga Adaptado, tendrás que consultarlo y, si te decidieras a probarlo, ten en cuenta que es un Yoga Adaptado a las personas que están en ese momento recibiendo la sesión. Estos grupos normalmente suelen ser muy homogéneos, en cuanto a la situación de sus participantes.
Es decir, que es fundamental que hables con tu instructor o tu instructora, que le cuentes tu situación, en caso de que tengas dudas, y que te vaya indicando. A veces los instructores, sencillamente no es que no tengamos las ganas de aceptar o ayudar, sino que no disponemos de medios, o quizás no nos sentimos preparados para abordar una situación determinada. Es cuestión de ser pacientes, de ser comprensivos y de no perder la esperanza.
Lo que sí ha de quedarnos completamente claro es que por el simple hecho de respirar, ya estamos realizando Yoga, Unión, y que sea cual sea tu situación, para ti también hay posibilidad de hacer Yoga.
CURSOS EN LA ESCUELA
Si tienes interés en comenzar tu práctica de yoga con un enfoque terapéutico, en la escuela ya tienes disponible los dos cursos de Yoga para la Salud. En estos dos cursos encontrarás prácticas orientadas a trabajar con cada uno de los sistemas del cuerpo, para conseguir una armonización y equilibrio en cada uno de ellos que te ayuden a conectar con tu cuerpo, a comprenderlo y escucharlo con atención y a comenzar tu viaje hacia el conocimiento interior.
Además, cuentas en cada uno de ellos con una lección gratuita, en la que solo tienes que registrarte para practicar y disfrutar ya de sus ventajas.
Y si ahora mismo prefieres otro tipo de recursos para conocer el yoga terapéutico, te dejo aquí un par de libros que te van a ayudar a darle ese enfoque terapéutico que buscas en tus prácticas de yoga.
¡Namasté!