El Yin Yoga es un estilo que en los últimos tiempos está viviendo un gran auge. A diferencia de otros estilos de yoga, que se caracterizan por una práctica bastante dinámica e intensa, las sesiones de Yin Yoga se caracterizan por estar formada de pocas posturas pero mantenidas durante largos periodos de tiempo, en comparación con las prácticas a las que estamos acostumbrados en los últimos tiempos. Esta forma de practicar inducen a una calma mental profunda, y sobre todo a desarrollar un trabajo sobre la fascia y el tejido conjuntivo, que en los últimos tiempos han adquirido una gran importancia y valía.

¿Qué es el Yin Yoga?

El Yin Yoga es una práctica de yoga lenta y profunda, en contraposición a las prácticas actuales, mucho más enérgicas, que cuenta con un número reducido de posturas que permiten trabajar a nivel físico, mental y emocional de un modo más profundo. Esta práctica se entrelaza con los principios de la medicina tradicional china, por lo que cada postura se explica en función de los diferentes meridianos (recorridos energéticos dentro del cuerpo) que se estimulan según las diferentes posiciones de nuestro cuerpo.

Así pues, dentro de una práctica de Yin Yoga encontraremos bastante terminología de la medicina tradicional china, convirtiéndose en una increíble herramienta de autosanación según los principios de la acupuntura y la medicina tradicional china.

El Yin y el Yang

En la filosofía taoísta existen dos tipos de energía: Yin y Yang, que cuando se encuentran en equilibrio, forman el Tao. La energía yang se caracteriza por ser fuerte, enérgica, dinámica, concentrada, conecta con nuestro sistema nervioso simpático y nos ayuda con nuestra supervivencia. La energía yin se caracteriza por ser suave, fría, fluida, lenta, dispersa y se asocia con nuestro sistema parasimpático, que nos ayuda a relajarnos, a aceptar.

Al crear un equilibrio entre ambas energías, formamos la cualidad Tao, que es el equilibrio puro del universo.

¿Cuándo surge el Yin Yoga?

Paulie Zink, un profesor de artes marciales en Los Ángeles, enseñó sus técnicas a Paul Grilley en 1987 y éste transmitió sus conocimientos a Sara Powers, que asistía a sus clases tras su práctica de Ashtanga. Ambos conocieron también al doctor Hiroshi Motoyama, que les aportó conocimientos sobre taoísmo que pudieron integrar en esta práctica.

¿Qué diferencia hay entre el Yin Yoga y el Yoga Restaurativo?

Puede que a simple vista nos parezcan prácticas parecidas. Sin embargo, el Yin Yoga trabaja desde la estática de la postura, pero realmente es un trabajo donde se producen muchas acciones a la vez. A diferencia de la práctica del yoga restaurativo, donde dejamos que el cuerpo se relaje y descanse en diferentes posturas y para ello nos valemos de diferentes accesorios, el Yin Yoga intenta prescindir en la medida de lo posible de estos elementos, siendo nosotros mismos quienes realicemos una práctica sostenida -y por ello, más intensa- que el dejarnos llevar por la postura.

¿Por qué practicar yin yoga?

Una de las cualidades de esta manera de enfocar las posturas de yoga está en nuestra actitud hacia la práctica. En una práctica normal de yoga, solemos estar concentrados, con la mente enfocada en un punto siempre atentos a un dhristi. En este estilo de yoga, se invita a dejar ir, a fluir, a abandonar la tensión, entrar en las posturas no desde la concentración, sino desde la fluidez. Esto permite liberar al cuerpo de tensiones, pero también a adoptar una actitud mental diferente, en la que también soltamos nuestra tensión y nuestra concentración. Así pues, se convierte en los tiempos que corren en una magnífica herramienta para crear un equilibrio físico y psicoemocional en nuestras vidas.

Beneficios del Yin Yoga

Al vivir en un mundo donde impera la energía Yang, y que nos exige siempre estar en constante lucha, concentración, actividad, dinamismo, nos sobreesforzamos y exigimos demasiado, creando un desequilibrio. Al comenzar una práctica yin, en la que cambiamos nuestro enfoque y actuamos de manera más lenta, interiorizándonos, soltando tensiones de nuestro tejido conectivo, dejando que los músculos se liberen de su presión, nos volvemos receptivos, aceptando las posturas tal cual son y cualquier situación, esto nos permite crear ese equilibrio que necesitamos en nuestra vida. En resumen, sus beneficios son:

  • Libera el tejido conectivo de tensiones.
  • Relaja los músculos, evitando dolencias como contracturas.
  • Masajea los órganos internos, mejorando su funcionamiento.
  • Trabaja en niveles profundos con las articulaciones y la columna vertebral.
  • Induce a una mente relajada, introspectiva y meditativa.
  • Favorece la autoestima.
  • Previene y ayuda a controlar el estrés y la ansiedad.
  • Mejora los estados depresivos.
  • Ayuda a dormir mejor
  • Mejora la concentración, la memoria, y la creatividad.
  • Desarrolla la conexión interior y el autoconocimiento.

¿Cómo se practica el Yin Yoga?

Existen un numero determinado de posturas, pero muchas maneras de enfocarla y de practicarlas. Por ejemplo, una misma postura puede ser realizada en el suelo, o realizada utilizando una pared para ello, o quizás una silla. No existen posturas más avanzadas o menos avanzadas, sino que cada postura dependerá de la situación en la que el practicante se encuentre.

Son posturas que se mantienen estáticas en el tiempo, así que tendremos que estar atentos a las sensaciones que nos transmiten. Por ejemplo, si sentimos molestias, ¿dónde se ubican esas molestias? (en el músculo, en la articulación…) ¿Qué tipo de molestias es? ¿arde o quema? ¿Es como un pinchazo? ¿es eléctrica? ¿Qué zona ocupa?… Todo esto es importante conocerlo para comprender si lo estamos haciendo correctamente o no, si las sensaciones son las adecuadas o no. Para ello, es imprescindible que cuentes con alguien que pueda asesorarte en la práctica, sin embargo, será importante sobre todo que te escuches y que escuches a tu maestro interior, que será quien realmente sepa si estás haciendo las cosas bien o no.

Sin embargo, también debemos diferenciar esta práctica y sus sensaciones de etiquetas como “daño” o “dolor”, a veces confundimos esfuerzo con estas etiquetas, y eso puede resultarnos limitantes, ya que producen una resistencia.

Una guía que tenemos es nuestra propia respiración, al poder realizarla de manera profunda y sostenida, nos ayuda a poder diferenciar qué tipo de sensaciones estamos teniendo. Si esta se agita, muy probablemente estemos lastimando algún tejido.

Cualidades de la práctica yin

Tres son las grandes cualidades de esta práctica. Tres principios que trabajaremos constantemente:

Dejar ir, abandonarse: para que los puntos rígidos vayan soltándose, pero también dejar ir nuestra mente, sin enfocarnos en ningún objetivo, simplemente dejar que nuestra práctica sea como es.

Bondad: ser amorosos, bondadosos, practicar con amabilidad, respetándonos y respetando nuestros límites, sin ir más allá.

Paciencia: como todo en la vida, necesitamos tiempo para ir adaptandonos a esta nueva idea, a este nuevo modo de percibirnos a nosotros mismos.

6 POSTURAS DE YIN YOGA

A continuación pudes ver algunas de las posturas que se practican en el Yin Yoga. Como en todos los nuevos estilos, suelen asignársele nombres que se alejan de su original en sánscrito.

ANAHATASANA

Asana de yin yoga en cuadrupedia con los brazos extendidos y la cabeza en el suelo

Una postura de extensión suave que te ayuda a abrir los hombros, suavizar el corazón.

MARIPOSA

Postura de yin yoga sedente con los pies juntos y las rodillas hacia los lados

Una postura para ayudarte a abrir las caderas y a inducir al relax.

ORUGA

Oruga Yin Yoga

Una flexión hacia delante que te ayuda a sentirte relajada, sin tensión y a estirar la parte posterior del cuerpo.

ACTITUD DEL NIÑO

Ananda Balasana yin yoga

Una suave posición de flexión que te ayuda a crear paz y armonía y a relajarte.

LIBÉLULA

Libelula yin yoga

Una profunda apertura de la pelvis y una flexión hacia delante.

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