Cuando iniciamos un camino espiritual, en muchas ocasiones debemos de reestructurar nuestra mente, nuestras ideas, conceptos y conocimientos, para poder instaurar una nueva forma de pensamiento que se dirija a alcanzar una nueva forma de conciencia. En este pasaje de la Ramayana, Sugriva y Rama, se sientan a conversar acerca de la situación que ambos mantienen. Lakshmana informa a Hanuman y a Sugriva acerca de todo lo acontecido hasta el momento, y de cómo el demonio liberado Kabandha les indica que será precisamente él, Sugriva, quien los pueda ayudar a liberar a Sita.

Sugriva simboliza la mente que ayudará a Rama

La Historia

Al terminar de conversar Lakshmana, Sugriva toma la palabra para contarle a Rama que él se encuentra desterrado por su hermano Vali, quien gobierna Kishkinda, la tierra de los monos. Fue hace mucho tiempo que un malentendido lo llevó a ser expulsado del reino:

“Mi hermano me ha tratado injustamente y es por ello que debo vagar por la motaña Rsyamuka, despojado de mi esposa, asolado por el miedo y el dolor. Vivo, distraído y desorientado, en un terror constante, pues le tengo miedo a mi hermano, Vali, que me ha quitado todo lo que tenía y se ha convertido en mi enemigo mortal. Tú que libras al mundo del miedo apiádate de mí, Vali me aterroriza y no tengo protección”

Sugriva narra su historia a Rama

Sugriva le cuenta la historia de cómo, en cierta ocasión, un terrible demonio hizo presencia en Kishkinda desafiando a Vali, por lo que se inició una horrible contienda entre ambos. Al ver el asura que tanto Vali como Sugriva iban tras él, decidió introducirse en un profundo agujero subterráneo. Así pues, Vali fue tras él pidiéndole a Sugriva que montara guardia fuera del agujero.

El hermano menor esperó y esperó ahí haciendo guardia, y entre tanto veía correr ríos de sangre y espuma, hasta que, finalmente, escuchó un aterrador alarido procedente del demonio (mas no el grito de victoria de su hermano), por lo que pensó que había triunfado el asura. Para evitar que pudiera salir, decidió taponar la entrada con una roca y volver al reino a contar lo sucedido, no sin antes rendir honores fúnebres a su hermano.

Sin embargo, tras haber sido proclamado rey, de nuevo apareció Vali, iracundo, que decidió expulsar y maldecir a su hermano para siempre del reino, quedando Sugriva condenado al ostracismo.

Tras narrar la historia, Rama, que sentía compasión de todos los seres, decidió que lo ayudaría a recuperar su reino.

“Me imagino que debes estar sumergido en un océano de dolor. Pero yo te ayudaré a cruzarlo y tendrás lo que desea tu corazón”

Simbolismo y significado

En nuestro artículo anterior presentamos a Sugriva como la mente, el intelecto, que aparece y se alía con el Ser Externo, simbolizado en Rama, y que le ayudará a tener las herramientas necesarias para poder encontrar a su amada Sita, su luz interior.

Sin embargo, antes de poder ayudar a Rama, primero ha de resolver su situación conflictiva con su hermano Vali, pues es solo con el gobierno de todos los vanaras de la tierra que podrá servir a Rama. Para ello, necesita destruir a Vali y recuperar el reino que le fue usurpado debido a un malentendido.

Del mismo modo, cuando nosotros comenzamos un camino espiritual, debemos desarrollar un nuevo intelecto, una mente nueva que empiece a ocupar el reino de nuestros pensamientos, para dirigirlos a la trascendencia del Ser.

Sugriva representa esa nueva mente, ese intelecto que venera a Rama, y que este necesitará para poder encontrar a su amada Sita; mientras que Vali simbolizará la mente ya asentada, pero también obsoleta, que gobierna sin conocer qué está sucediendo más allá de su reino y sin saber que su presencia no permitirá que Rama encuentre a su esposa.

En nuestro sendero espiritual, muchas veces nos sucede que debemos destruir antiguos pensamientos y creencias para poder introducir aquellos que son nuevos. Vivimos en un mundo en el que todo está estructurado, y en muchas ocasiones incluso rechazamos ideas novedosas, nuevas ideas y conceptos que pueden revolucionar todo nuestro interior. Es por ello que para seguir avanzando, necesitamos vivir un momento en el que nuestros esquemas mentales sean derribados, para poder guiar a través del intelecto al Ser Externo hacia la Luz Interior.

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