El otoño es la época de la inestabilidad indispensables para prepararnos para el invierno. Afecta a todo y a todos. Y podemos sentirlo en nuestro organismo, nuestra energía, nuestra salud, nuestro humor, nuestras emociones… Una pequeña revolución interna y externa a la que debemos estar atentos para no dejarnos llevar como las hojas al viento.
A través de las técnicas del Yoga, podemos conseguir restaurar nuestro equilibrio interno y externo. En esta ocasión, a través de las asanas (posturas corporales) del árbol y del triángulo lateral, vamos a intentar restaurar nuestro equilibrio interior y darle las herramientas a nuestro ser para que el caos se convierta en un ligero paseo.
![Secuencia de yoga para el Equilibrio mental 2 De pie](http://laisladelyoga.com/wp-content/uploads/2021/11/De-pie-1024x858.jpg)
Recuperar el equilibrio para sentirnos bien
Nuestro cuerpo, con la llegada del otoño, se ve afectado de muchas formas. La ciencia del Ayurveda habla del Otoño como la estación en la que predomina el dosha* Vata: el movimiento, la inestabilidad, el viento. Cuando el viento predomina en nosotros, pueden aparecer algunos problemas como estreñimiento; problemas en las articulaciones; mente dispersa, incapaz de concentrarse bien… Debemos, por tanto, encontrar la manera de que nuestro organismo restaure su equilibrio, y que nuestra mente encuentre descanso entre tanta fluctuación.
Dos de las asanas que os propongo aquí son el Triángulo Lateral (Utthita Trikonasana) y el Árbol (Vrksasana).
La primera es una sencilla postura de inclinación lateral, que nos va a ayudar a equilibrar nuestra energía, además de ser un estupendo tónico para piernas y brazos, y de masajear nuestros órganos internos, ayudando al movimiento peristáltico del intestino (y así iremos mejor al servicio).
Cada asana, además, nos transmite un estado mental. El Triángulo es el equilibrio. Nuestro lado derecho y nuestro lado izquierdo se equilibran, y teniendo en cuenta que cada uno representa un aspecto de nuestro ser: lo masculino y lo femenino, lo activo y lo pasivo, la luz y la oscuridad, realmente encontraremos que todo nuestro ser, como un triángulo, se estabiliza.
La segunda asana propuesta es una postura de equilibrio sobre una pierna. Sus múltiples variaciones y la posibilidad de usar puntos de apoyos tan sencillos como una simple pared, la hace muy accesible en su práctica. El árbol nos ayuda a desarrollar el sentido del equilibrio y de la concentración. Vata, el viento, nos afecta en una mente alterada, incapaz de concentrarse: trabajar con tu cuerpo el equilibrio, aparte de fortalecer tus extremidades, te ayuda a alcanzar ese estado mental tan necesario, a desarrollarlo, y a poder ponerlo en práctica en tu día a día.
Dedicando solo unos 10 minutos a la práctica de estas dos posturas, puede restaurar nuestro equilibrio y, sobre todo, podrás experimentar cómo tu cuerpo-mente-espíritu se benefician, encontrándote más feliz y dispuesto a afrontar el día a día.
Secuencia en el Otoño
- Inspira en Tadasana.
- Exhala en Anjali Mudra.
- Inspira y lleva tus brazos hacia arriba.
- Exhala e inclínate hacia la derecha. Inspira de nuevo en el centro. Exhala e inclínate hacia la izquierda. Inspira y vuelve al centro. Exhala y lleva tus manos a Anjali Mudra.
- Inspira en Tadasana.
- Exhala y separa las piernas.
- Inspira y coloca los brazos en cruz. Exhala e inclínate hacia la derecha, dejando la mano derecha apoyada en la cintura. Inspira y vuelve a colocar los brazos en cruz y en posición recta. Exhala e inclínate ahora hacia la izquierda. Inspira y vuelve a colocar los brazo en cruz.
- Exhala y coloca el pie derecho hacia la derecha (90º), y el pie izquierdo también hacia la derecha (45º). Inspira y coloca tu mano derecha sobre tu pie derecho o lo más cerca posible de este. Mantén varias respiraciones.
- Inspira y vuelve al centro. Exhala y cambia la posición de pies justo al contrario de como los has llevado. Inspira y coloca tu mano izquierda sobre el pie izquierdo o lo más cerca posible. Mantén varias respiraciones.
- Inspira en Tadasana.
- Exhala en Anjali Mudra.
- Inspira y coloca la planta del pie izquierdo en la cara interna del muslo derecho. El pie puede ir a distintas alturas: tobillo, rodilla, muslo… Si conservas bien el equilibrio, alza tus brazos hacia arriba y mantén varias respiraciones. Puedes apoyarte en una pared, silla o similar, para guardar el equilibrio.
- Exhalando vuelve a Anjali Mudra.
- Inspira y coloca ahora la planta del pie derecho en la cara interna del muslo izquierdo.
- Exhalando vuelve a Anjali Mudra.
Vuelve a Tadasana.