La inestabilidad y el caos d también se manifiestan en nuestro cuerpo, en nuestra mente y en nuestro cuerpo pránico. A través de las asanas, podemos regular los aspectos del ser mediante determinadas posturas; pero también podemos encontrar el equilibrio y el bienestar utilizando para ello nuestra respiración.

En este artículo hablaremos de cómo la sencilla respiración Samaveta Pranayama puede ayudarnos a equilibrar nuestras energías, a calmar la mente y a dar relax al cuerpo.

Con el cambio de las estaciones, la energía puede sufrir un cambio de movimiento. En verano, la energía se movía de forma centrípeta; es decir, la energía, de fuera se dirigía hacia dentro; en invierno, la energía se vuelve centrífuga, es decir, se mueve de dentro hacia fuera.

Nuestro cuerpo, como una antena, va captando la energía que necesita para su existencia: tomar el sol te recarga las pilas, pasear por un prado verde te llena de energía. Te encuentras activa, en plenitud… La naturaleza, el Todo entra en ti, y tú recibes.

Sin embargo, como ya el Taoísmo averiguaría, el mundo se rige por el Yin y el Yang, por los contrarios que se complementan; de ese modo, la energía también se ve afectada, y llega el momento de que invierta su dirección: ahora la Unidad debe nutrir al Todo.

El otoño es ese momento de transición –al igual que la primavera– en que la energía debe sumirse en un pequeño caos para comenzar el proceso contrario. Poco a poco, el movimiento centrípeto del verano, se tornará en un movimiento centrífugo: la energía se concentra en el centro de todas las cosas, para, desde ahí, proyectarse hacia fuera.

Y este hecho implica cambios en todos los niveles y en todos los ámbitos. Es por eso que nuestro organismo, pero sobre todo nuestra mente y nuestra energía se ven tan alterados en las estaciones como el otoño y la primavera. Ese pequeño caos se traduce en un desequilibrio necesario para que pueda producirse el Gran Cambio.

Samaveta, la respiración equilibrante

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Samaveta significa “mismo flujo” en sánscrito. Esta respiración es muy apreciada para, de una manera sencilla, reestablecer el equilibrio y la calma en nosotros.

Dedicarle unos minutos al día puede ayudarte a encontrar el equilibrio físico, mental y energético que necesitamos para sobrellevar el caótico otoño. Al practicar Samaveta Pranayama, mejoras tu capacidad respiratoria, aumentando tu capacidad pulmonar, esto influye directamente en todos los sistemas de tu cuerpo, previniendo enfermedades y limpiándote de toxinas. Tu mente halla la calma y el sosiego mediante la atención a esta respiración, y tu cuerpo energético se limpia de desbloqueos y la energía fluye libre y sin prisiones.

Y, además, cuenta con su increíble sencillez. Puedes practicarla en cualquier momento. Ahora mismo, si quieres, puedes comenzar con algunas respiraciones equilibrantes. Al poco tiempo vas a notar que tu mente está más despejada, que te encuentras mejor, con más ánimo. Ahora es el momento ideal de llevarla a cabo. ¡Disfrútala!

Practicando Samaveta

  1. Adopta una postura cómoda y estable. Lo ideal es que te sientes con las piernas cruzadas en un cojín, zafú o similar, en el suelo y que lleves tu espalda bien alineada.
  1. Cierra los ojos, acomoda tu postura y observa el flujo de tu respiración. Durante unos minutos sé consciente de cómo el aire entra a través de tu nariz, baja hasta tu tráquea y los pulmones se expanden. Observa cómo es el flujo de la respiración. Observa si el aire fluye mejor por un orifico nasal, por el otro… las sensaciones que se producen…
  1. Poco a poco ve implicándote en la inspiración, e intenta que el flujo de aire tanto por una fosa como por la otra sean exactamente iguales: el mismo ritmo, la misma implicación, el mismo flujo. El aire entra por ambas fosas nasales produciendo las mismas sensaciones.
  1. A medida que vaya pasando el tiempo y consigas controlar la inspiración, comienza entonces a controlar la exhalación del mismo modo que cuando inspiras.

Como ves, es una forma sencilla de restaurar el equilibrio dentro de ti y que realmente puedes practicar en cualquier momento. Dedicarte unos minutos a practicar Samaveta va a otorgarte innumerables momentos de bienestar en tu salud física-mental-espiritual. ¡Disfrútalo!

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