Imagina que un día te empiezas a encontrar mal, te duele el cuerpo, como en un estado febril, y vas al médico y, sin embargo, tu médico te dice que no tienes nada: que no hay fiebre, que no hay inflamación… nada… pero a ti te sigue doliendo. Y empiezas a pensar que quizás sea alguna tontería, algún hecho concreto, y sigues con tu vida. Pero, en realidad, no puedes, porque aunque quieras negarlo, el dolor está ahí, persiste en todo tu cuerpo, e incluso hay días que actividades tan sencillas como coger una cuchara para comer, se convierten en una odisea.

Imagina que persistes y que vas de un médico a otro, preguntando, indagando, y empiezas a cuestionarte si tu dolor es real o es una fantasía –y vaya fantasía- porque nadie puede darte una respuesta, una explicación.

Tu familia comienza a preocuparse por ti y quizás tengas suerte y sea comprensiva, o quizás no, y encuentres con que tampoco entiendan cómo puede doler tu cuerpo, sin no hay ningún síntoma que así lo refiera.  Y al final, casi como un diagnóstico azaroso, te dicen que bueno, que quizás sea reuma, o quizás “neurastenia”, o simplemente algo psicológico.

¿Te imaginas cómo puedes llegar a sentirte en esta situación?

Hasta hace relativamente poco, muchas personas y, sobre todo, mujeres (pues son más afectadas) se encontraron con estas circunstancias en su vida: un día van al médico porque algo les pasa, porque sienten dolor, y no hay ninguna respuesta para eso que sucede. Sin embargo, poco a poco, se ha ido dando nombre a esta dolencia que afecta cada vez a más personas, muchas diagnosticadas, pero otras tantas siguen dando vueltas, intentando encontrarle un nombre a aquello que les pasa: La fibromialgia.

Algunas consideraciones sobre la Fibromialgia

¿Qué es la Fibromialgia?

La fibromialgia se define hoy día como una enfermedad crónica que se caracteriza por un dolor de músculos y articulaciones generalizado, y con especial sensibilidad en determinados puntos (los tender points) sin que haya ninguna alteración orgánica demostrable, es decir, sin que exista una inflamación o cualquier anomalía que pudiera derivar en ese dolor.

Pero además, no solo se caracteriza por esta sensación dolorosa por el cuerpo, sino que pueden sucederse otras alteraciones como la sensación de cansancio persistente, un sueño no reparador, rigidez en el cuerpo y articulaciones, y síntomas ansioso-depresivos, entre otros.

¿Cómo se produce?

Respecto a cómo se produce esta enfermedad crónica, son muchas las teorías que se manejan al respecto.  Existen diversos estudios que la asocian con factores biológicos, factores psicológicos, factores ambientales e incluso factores genéticos; pero no está claro del todo.  A veces se ha llegado a pensar que tiene cierta relación con enfermedades reumatólogicas, infecciones, vacunas, sensibilidad al gluten, entre otras cosas. Sin embargo, hoy día siguen los estudios al respecto, para dar luz acerca de esta dolencia, y muchos de ellos comienzan a establecer fuertes relaciones entre esta dolencia y los factores psicológicos, como la depresión o la ansiedad, relacionando el desarrollo de la enfermedad con una personalidad tendente a la depresión y a la ansiedad, o bien con acontecimientos traumáticos y difíciles en nuestras vidas, que dan lugar al desarrollo de la enfermedad (tienes más información en este artículo).

¿Qué tratamiento hay?

Hoy día la fibromialgia no tiene cura, se trata de una enfermedad crónica, y al tener un origen incierto, suelen emplearse tratamientos desde distintos ámbitos de la medicina: como antidepresivos, inhibidores del dolor, relajantes musculares, etc.  Pero además, también comienza a verse cierta mejoría en pacientes que deciden realizar actividades alternativas para mejorar su salud.

El Yoga y la Fibromialgia: mejorando nuestra salud

En el año 2007 tuvo lugar un interesante estudio en la Universidad de Oregón, en Portland. Tomaron a un grupo de 53 mujeres, afectadas desde al menos un año de la enfermedad, y de manera aleatoria les asignaron un programa de Hatha Yoga suave y de meditación. Antes de comenzar con el proyecto, les dieron una escala del 0 al 100, donde debían reflejar el dolor que sentían, el cansancio, los problemas de sueño, la ansiedad, etc. siendo 100 el máximo. 

Tras dos meses de práctica continuada de Yoga y Meditación,  las estadísticas indicaron que de una puntuación de 48, se había bajado a una de 35.

Las personas con Fibromialgia, pueden encontrar en el Yoga Terapéutico una excelente alternativa para la mejora de los síntomas de su enfermedad,  además de un gran apoyo psicológico que les permita hacerle frente, aceptar la situación presente de cada uno, y poder llevarla con una sonrisa y un estado mental positivo. ¿Qué duda cabe de los beneficios que una actitud positiva va a conllevar?

Las prácticas que se realizan en el Yoga Terapéutico van desde la adaptación de las asanas a las dolencias determinadas, hasta la inclusión de secuencias concretas que pueden beneficiarte sobremanera, para que tú, en tu día a día, puedas llevarlas a cabo.

Una clase de Yoga terapéutico, enfocado en la fibromialgia

La práctica da comienzo con la movilización suave de las articulaciones, para ir despertando el cuerpo: tobillos, rodillas, caderas, hombros, brazos, manos y cuellos se mueven de forma suave y segura.

Seguidamente, se realizan durante unos treinta o cuarenta minutos, una serie de posturas –o asanas– que van a ir abriendo nuestro cuerpo, flexibilizándolo y tonificándolo de manera suave, utilizando la respiración como nuestra guía. Durante todo el tiempo somos conscientes del proceso.  Todo nuestro ser está imbuido en cada movimiento, en cada sensación, en cada pensamiento, en cada respiración.

Algunas de las asanas que se suelen recomendar para la fibromialgia son:

  • Podemos practicar el Guerrero nº2: una ligera torsión y apertura de los miembros inferiores y superiores, que nos ayudarán a liberar nuestras articulaciones y a fortalecerlas.
Virabhadrasana II mini
  • Las flexiones laterales, como Utthita Parasvakonâsana sean de pie o sentados, ayudan a abrir nuestro cuerpo, y a mejorar nuestra respiración, creándonos, además, una sensación de equilibrio y bienestar.
Ardha Utthita Parsvakonasana mini
  • También podemos incluir suaves y sencillas torsiones, que tonifican la columna, y que exprimen nuestros órganos abdominales para que la circulación sea más efectiva, y obtener mayor flexibilidad, como Parsvottanasana.
parasvottanasana
  • Baddha Konasana, también es otra de las asanas que suelen emplearse en el tratamiento de la fibromialgia, entre otras dolencias
Badha Konasana 3

Cuando ya nuestro cuerpo ha realizado todas las poses necesarias para obtener la flexibilización de las partes principales, y hemos desbloqueado las articulaciones y la energía fluye armoniosa, comenzamos con el Pranayama, o control de la respiración, mediante el cual podremos seguir alimentándonos de energía y vitalidad, y podremos calmar nuestra mente.

Por último, los últimos 15 minutos los dedicaremos a una profunda relajación, para que todo lo que hemos hecho hasta el momento, conecte entre sí. Dándonos, al terminar, una sensación de sentirnos renovados por dentro y por fuera.

El Yoga: una terapia para el cuerpo, para la mente y para el alma

Aunque cada vez más la ciencia médica se postula en favor de las milenarias disciplinas como el Yoga o el TaiChi para el equilibrio holístico del ser, aún no está firmemente asentados los beneficios que en todo nuestro ser pueden tener la práctica de estas sendas.

Sin embargo, desde hace miles de años, el Yoga ha sido una vía para equilibrar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. En la fibromialgia aún no se sabe a ciencia cierta cuál es el factor o los factores desencadenantes: por un lado, se habla del factor ambiental, por otro del genético, por otro del psicológico…

Sea como fuere, la práctica del Yoga asegura un sentido de unidad en el que tocamos todos los aspectos del ser: el aspecto físico, el aspecto mental, el aspecto emocional y el aspecto espiritual. Es por ello que se convierte en una poderosa herramienta para el encuentro con nosotros mismos desde todos nuestros ámbitos, conllevando a la mejora y bienestar de todos los aspectos del ser.

Las personas con fibromialgia pueden encontrar en su práctica un gran consuelo para su dolor físico y mental y para su alma.

En la Escuela de Yoga tienes disponible cursos que pueden ayudarte a mejorar tu salud psicofísica, para que puedas aprender de manera segura y sencilla técnicas de yoga que te ayuden a mejorar tu salud. Puedes encontrar lecciones gratuitas que te ayudarán a elegir el curso que más te convenga, además a un precio bastante asequible.

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2 thoughts on “Yoga para la Fibromialgia”

  1. Olgui

    Hola, soy profesora de yoga y me gustaría me envíen alguna serie para una alumna con fibromialgia.
    mil gracias

    Reply
    1. Miriam

      Namasté, Olga:
      Dentro de poco elaboraré secuencias concretas para distintas dolencias, entre ellas, la fibromialgia. En el post puedes ver algunas asanas que vienen bien, y que quizás puedan servirte. No obstante, como te comento, a lo largo de esta semana realizaré varios artículos para que podáis tener secuencias al respecto. Un abrazo y gracias por comentar. Om Shanti.

      Reply

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